Este artículo fue escrito por mí el 25.2.2015 para ser publicado en la Revista Digital de Cultura de la Intendencia de Salto, "Ateneo", en su número 2, a pedido del entonces Director de Cultura Prof. Leonardo Garet Mas. (Hoy puede encontrarse tal como lo transcribo, en la página web del Prof. Garet : www.leonardogaret.com.uy/index.php/revista-cultural-ateneo/ateneo-n-2/la-familia-prati )
Como ha sido parcialmente transcripto en Wikipedia en lo que concierne a Edmundo Prati, con agregados érroneos y sin citar mi autoría, lo publico también aquí...
Como ha sido parcialmente transcripto en Wikipedia en lo que concierne a Edmundo Prati, con agregados érroneos y sin citar mi autoría, lo publico también aquí...
Siempre
leemos que el escultor Edmundo Prati era nacido en Uruguay, un 17 de
abril de 1889, en la ciudad de Paysandú. En realidad su nacimiento
en esa bella e industriosa ciudad litoraleña fue un hecho fortuito,
ya que la familia no guardaba ninguna relación con la misma. Mi
bisabuelo Michelangelo Prati se encontraba en esa, actuando como
subcontratista del tendido de las líneas ferroviarias del
Ferrocarril Noroeste, y allí lo había alcanzado la germano
descendiente brasileña Carolina Mattje Schneider, de Lajeado, RS,
luego de un viaje de centenares de kilómetros a caballo acompañada
por uno de sus tíos. Así los primeros de sus hijos, los gemelos
Edmundo y Eriberto nacerían en Paysandú, en el Hotel “Dos Mundos”
junto a la Basílica de San Benito, donde la pareja se hospedaba.
Michelangelo
era un joven Perito Agrario y no estaba relacionado a nada que fueran
obras civiles hasta venir a Rio Grande do Sul acompañando a dos de
sus hermanos mayores Leone y Probo, en 1886, en la búsqueda de un
éxito económico que antes de la bancarrota de su padre era el statu
quo familiar.
El
mismo, Domenico, hermano menor del Párroco de la comarca, Giacomo,
había sido Perito Geometra, rico propietario de tierras por herencia
de su padre “Messer” Stefano, empresario en la construcción,
exportador de vinos de la región a países de Europa Central y del
Este, comerciante de los mismos en Venecia, un hombre de gran cultura
y espíritu aventurero, que en pocos años dilapidó la parte de la
fortuna familiar que le tocara en suerte. La misma incluía varias
fracciones de tierras de labranza, viñedos, bosques, y una Forja de
metales a la vera de un torrente, como consta en la división de
bienes hecha con sus hermanos en 1851, que había reconvertido en
molino harinero y en su casa familiar, hacia 1852. Había fallecido
en 1865 dejando a su viuda y su numerosa prole con su economía en
serias dificultades. Su esposa Lucia era también una rica heredera,
hija de Giuseppe Garbari, poderoso industrial de Caldonazzo,
propietario de la mayor hilandería de seda de la villa, y Lucia de
Negri, nobildonna nacida en Calavino, de familia de antigua prosapia
burguesa de la ciudad de Arco ennoblecida por la Emperatriz María
Teresa en 1774. Es presumible que tampoco restara nada de sus bienes,
ya que al fallecer Domenico debieron salir a socorrerlos los hermanos
del mismo, poderosos propietarios de tierras.
Al
fallecer Lucia solo dos años después, en 1867, la familia fue
dividida, los menores, Anacleto, Benedetto, Giulio y Michelangelo,
quien aún no alcanzaba los dos años, fueron inicialmente criados
por sus hermanas mayores, Luigia, Isabella y Anna, que continuaron
habitando en el Molino, y luego estos dos últimos acogidos en casa
de su tía Francesca Prati en Borgo Valsugana, casada con el Dr.
Zanetti, médico reconocido de esa localidad, al tiempo de recibir
una educación. El hermano mayor, Eugenio, continuaba formándose
como pintor académico en Florencia, gracias al usufructo de una beca
del gobierno tirolés, oportunamente concedida cuando ya las finanzas
de Domenico no alcanzaban para sostenerlo fuera de casa, pero aún no
producía para poder sustentar a sus hermanos.
Los
siguientes en edad al primogénito, Leone y Probo, salieron al mundo
a trabajar y así el segundo aprendió, de ese mundo nuevo en
formación de los ferrocarriles, el oficio ferroviario trabajando en
Austria, y luego ambos, siguiendo la tendencia migratoria de
trentinos hacia Argentina y Brasil, decidieron venir a probar fortuna
en esos menesteres. Iniciaron la aventura americana en Rio Grande do
Sul en 1886, acompañados por Anacleto y el benjamín Michelangelo en
la misma, quien ya había recibido su educación como Perito Agrario.
Benedetto y Giulio se quedarían en Italia, este último siguiendo la
vocación artística iniciada por Eugenio, pero estudiando en la
Academia de Brera en Milán desde 1885.
Algunos
de sus primos Prati y Garbari, sustentados por otras posibilidades
económicas, habían recibido la mejor educación y ya se destacaban
en la magistratura, la medicina, el sacerdocio y otras actividades,
en diversas localidades como la vecina Levico, Borgo, Cavalese, etc.,
habiendo alcanzado otro Eugenio Prati elevada posición en Viena a la
época de su emigración, cuando casaba con una noble Vittorelli de
Bolzano, y donde llegaría a ser Consejero Imperial. La familia de su
abuela, de Negri de Arco, seguían ocupando los principales roles
administrativos en esa, como lo hacían desde inicios del '700,
habiendo enlazado con las restantes familias de la alta burguesía
ennoblecida de Arco: Alovisi, de Angelini, Marcabruni, Prati (rama de
Dasindo), etc., algunas de ellas tambien antepasados suyos, con
quienes seguramente no tenían contacto ya, dada su decadente
posición.
Sí a
través del primogénito Eugenio, quien se movía en los mejores
ambientes artísticos y sociales de Venecia, Florencia y Trento,
conocían desde la infancia a grandes pintores de la escuela Veneta y
otros intelectuales, los que recalaban en el cenáculo en que había
convertido Domenico el rústico Molino en sus momentos de apogeo, y
siempre visitaron el lugar en vida del pintor.
Esta
disgreción fue hecha con ánimo de revelar la curiosa vida que
llevaban los hermanos Prati-Garbari, que por origen y luego por
talento los vinculaban a un ambiente privilegiado, pero por necesidad
material fueron conducidos a seguir el camino de la emigración.
Así
llegaba Michelangelo a Brasil, con apenas 21 años, y trabajando en
el tendido de los ferrocarriles, en Uruguaiana y otras localidades,
llegaba en 1889 a Paysandú.
No mucho
después, en 1891 volvía con su esposa y sus hijos mayores, Edmundo
y Eriberto, a Caldonazzo (entonces en territorio austríaco) gracias
al dinero obtenido como subcontratista, y pensando en dedicarse a las
labores agrícolas para las que se había preparado. Desconozco las
causas por las que, en lugar de desarrollar esa tarea en su patria,
volvía al Brasil con su esposa y su tercer hijo nacido en
Caldonazzo, Alfredo, para explotar un campo arrendado en las
inmediaciones de Uruguaiana. Su hermano Leone también se radicaría
definitivamente en esa ciudad en 1896, tras casarse en Caldonazzo con
una prima Garbari, y finalmente su sobrino Domenico, hijo de
Anacleto, ya iniciado el s. XX, formando los troncos de dos
conocidas familias de comerciantes de esa localidad.
Los
mellizos fueron dejados en Caldonazzo para ser criados en el cálido
ambiente familiar a cargo de las tías Luigia e Isabella que ya
habían criado antes a su padre, en el Molino sobre el torrente
Centa.
Allí
se criarán, en ese mundo mágico y salvaje, bajo las ruinas de la
Torre del castillo de Caldonazzo, escalando montañas, cazando en los
bosques con trampas, nadando en el lago, y haciendo obras de arte por
imitación al ser esta una actividad esporádicamente frecuente en el
Molino. Y allí tendrán la ocasión de vivir el ambiente del
cenáculo que seguía vivo desde las épocas de su abuelo Domenico,ya
que ahora concurrían además de Eugenio y sus amigos, también
Giulio y los suyos, y su primo Romualdo, hijo de Probo, otro gran
pintor, nacido en Austria antes de la emigración de su padre a
América. Entre los ilustres visitantes de Eugenio en Caldonazzo,
donde él instaló su taller unos años, se encontraban, además de
pintores, sus amigos el insigne Giacomo Puccini y Tito Riccordi de la
célebre familia de editores.
Siendo
aún niños, los mellizos expusieron pequeñas esculturas en arcilla
en una muestra de su tío Eugenio en el Hotel Caldonazzo, centro de
los eventos sociales de la Villa (instalado en la que había sido la
casa de los Garbari), iniciando así precozmente su carrera
artística...
Culminada
la escuela, debieron empezar a pensar en contribuir en la economía
de sus madres de crianza, y así son enviados a Trento, a aprender el
oficio de pintores-decoradores en esa, como aprendices en el Taller
de De Vigili, al amparo de la tía Anna Prati, ya casada y residente
en esa. Los fines de semana volvían al Molino caminando, 20 kms.,
pero era imperioso disfrutar de su ambiente y ver a sus tías.
En
Brasil habían nacido cinco hermanos más, a los que no conocían, y
tenían ansias de conocer a su madre, a quien habían visto por
última vez a una edad en que no se tiene memoria, aunque su padre si
había vuelto alguna vez a verlos.
Así en
1909, con ese objetivo y para escapar del servicio militar austríaco,
patria a la que pertenecían pero a la que su familia se oponía
desde tiempos de Garibaldi, parten rumbo a América, desembarcando en
Buenos Aires y dirigiéndose a Uruguaiana. Tras unos meses allí,
primero mi abuelo Eriberto, y luego Edmundo, se radican en Salto,
donde ven un campo fértil para el oficio aprendido durante tres
años en Trento. Eriberto llega a trabajar unos meses en Paso de los
Libres antes de radicarse aquí, y Edmundo pasa otros tantos en una
aventura de navegación fluvial con un pariente, que relata en su
autobiografía. Aquí fundan la empresa de pintura decorativa Prati
Hnos., siendo la decoración del techo del Ateneo, en 1911, el
primer encargo de fuste que realizan . Forman hogar ambos en Salto,
en 1913, con salteñas, mi abuelo con Rosario Bellettieri hija de un
comerciante italiano precozmente fallecido, y Edmundo con Teresa
Scanavino, hija de Pascual Scanavino, propietario del Hotel de igual
nombre, luego Biasetti. Unos años después, luego de la guerra
acogen a su primo Lindo Prati, hijo del pintor Giulio, tras una
historia que había incluído la deportación de su familia a
Moravia, en Austria, durante la 1ra. Guerra, ya que toda la villa de
Caldonazzo fue evacuada, el que da origen a la Flia Prati-Guaita.
El resto
es conocido por los salteños y está ampliamente documentado.
Se
preguntarán qué paso con su padre Michelangelo y su madre Carolina?
Al poco tiempo del reencuentro con sus hijos mayores vuelven a Italia
y se instalan en Milán, por lo que sus vidas siguen quedando
separadas por un océano. Su padre muere en 1915 luchando por Italia
en la 1ra. Guerra, como partisano francotirador, siguiendo la
tradición proitaliana y antiaustríaca de la familia. Es considerado
un héroe de la causa de la anexión del Trentino a Italia, y recibió
el honor de múltiples publicaciones periodísticas y de un libro que
recuerdan ese hecho.
Carolina
envejeció en Milán y Caldonazzo, a miles de kilómetros de su
Lajeado natal, su tercer hijo, Alfredo volvió al Brasil, se casó
con su prima hermana Azelia Prati Garbari hija del tío Leone nacida
en Uruguaiana, y tuvieron numerosa familia residente en Porto Alegre,
Sara vivió siempre en Milán donde fue funcionaria pública,
Lasthenia y Alice se casaron con dos hermanos Poletti, ambos
concesionarios de correos en distintas ciudades de China, y allá
vivieron hasta el advenimiento del comunismo cuando debieron regresar
a Italia, Italo estudió violín en el conservatorio de Milán y
llegó a ser violinista de la Scala bajo la dirección deToscanini, y
luego Primer violinista de la Sinfónica de Porto Alegre, Edilia
también retornó a Brasil casada con Martinelli.
Y qué
sucedió con las tías, madres de crianza de los mellizos, con los
tíos y primo pintores, y con el Molino?
Las tías
Luigia e Isabella fallecieron de avanzadísima edad en Caldonazzo en
la década del '30, pudiendo estar presentes en 1925 en la
inauguración del monumento a su hermano Eugenio, hijo dilecto de la
misma, quien falleció en 1907 convertido ya en uno de los pintores
más reconocidos de la época en el Veneto y el Trentino, exponiendo
en todas las muestras importantes de Europa y obteniendo la Medalla
de Oro en la Exposición Internacional de Chicago de 1893,
considerado junto a Bezzi uno de los dos artistas trentinos más
importantes del s.XIX. Giulio fue un destacado pintor, actuante en
Trento, Buenos Aires y Mendoza, volviendo a Caldonazzo antes de la
guerra a tecnificar el Molino, y luego de ser deportado junto a toda
su familia, como ya mencionáramos, volvió al final de la guerra
para reconstruirlo, ya que había sido dinamitado por los austríacos
en venganza por la postura proitaliana de la familia. Allí envejeció
y pudo culminar su obra tras años de dedicación, viendo a sus hijos
mayor y menor, Mario (nacido en Mendoza en 1900) y Carlo (nacido en
el exilio en Moravia en 1917) convertirse en personalidades
importantes del Trentino. Romualdo fue un destacado pintor en Rio de
Janeiro, París, en cuyos Salones expuso por años, y finalmente Roma
donde tuvo una escuela de pintura. Se había casado en Rio de Janeiro
con una aristócrata brasileña y sus hijas formaron distinguidos
hogares en Trento y Riva del Garda.
El
Molino Prati, referente cultural de la comarca, está allí, tal como
lo reconstruyera Giulio, aún propiedad de la familia, sobre la ruta
provincial 108, que lleva el nombre de Via Eugenio Prati.
Salto,
25 de febrero, 2015
© Edmundo
Rodríguez Prati
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Montevideo,1969
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Reedizione a cura di Mauro Grazioli, Il Sommolago, Arco, 1991
“La
magia e la poesia del Trentino nella pittura di Eugenio Prati”
catalogo mostra a cura di Elisabetta Staudacher, Comune di Trento
2002
“Eugenio
Prati (1842-1907), Tra Scapigliatura e Simbolismo”, Provincia
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cura di Gabriella Belli, Alberto Pattini, Alessandra Tiddia, Silvana
Editoriale, Milano y MART, trentoo y Rovereto, 2009
“Edmondo
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Divulgazione della Provincia Autonoma di Trento, 2010
Innumerables
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Montevideo, Buenos Aires.
Webgrafía
“Eugenio
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“Giulio
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“Romualdo
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“Michelangelo
Prati”, Alberto Pattini, en:
“Edmondo
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“Eriberto
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en:
http://www.prati.com.br/Familiaprati/ilustres/EribertoPrati/EribertoPrati_espanhol.htm
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Prati, antologica a Castel Ivano” Elisabetta Staudacher, 2007,
Sitio Web de Castel Ivano, en:
“Eugenio
Prati (1842-1907), Tra Scapigliatura e Simbolismo”, 2009, Sitio web
del MART en :
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